viernes, 5 de abril de 2019

LA INDEPENDENCIA DE TEXAS Y EL SEPARATISMO


El autoritarismo que caracterizo al poder centralizado generaba descontentos y revueltas, pues no soló se apropiaba de las instituciones si no que también abolía los mandatos constitucionales. El resultado fue que los gobiernos centralistas tuvieron que enfrentar movimientos regionales de separación. El resultado fue que los gobiernos centralistas tuvieron que enfrentar movimientos regionales de separación. El caso más representativo fue el de la provincia de Texas que había sido parte del estado de Coahuila y que se había poblado con inmigrantes de origen estadounidense. En 1835, Texas declaró su independencia de México argumentando la violación del pacto federal, aunque también se sabe que los texanos estaban en contra de abolir la esclavitud.

Al enterarse, Santa Anna organizó el ejército mexicano, consiguió préstamos para la compañia y se dirigió a combatir a los rebeldes opteniendo una victoria significativa en la ciudad de San Antonio Béjar en marzo de 1836. Sin embargo los texanos se atrincheraron en una antigua construcción colonial conocida como el Àlamo , donde tuvo lugar una sangrienta batalla de la que salió triunfante el ejército mexicano. Ningún texano quedó vivo, pues los sobrevivientes fueron torturados y fusilados, acusándolos de traición a la patria. Despues de esos triunfos, vino la debacle para México. Mientras las tropas de Santa Anna destacaban cerca de la laguna de San Jacinto, una fracción del ejército texano, apoyado por Estados Unidos, les preparó una emboscada donde Santa Anna resultó prisionero.

Samuel Houston, general texano, le exigió retirar las tropas mexicanas de Texas, a lo que Santa Anna accedió. En mayo de 1836 también se le obligó firmar el tratado de Velasco con el presidente Texano David G.Burnet, donde se comprometía a abstenerse de volver atacar la República de Texas. Al final, Santa Anna salvó la vida por intervención del presidente estadounidense Andrew Jackson y regresó a Mexico en 1837. Texas, por su parte, se mantuvo independiente hasta 1845, cuando se anexó a Estados Unidos de América.

El caso de Texas hizo surgir una "fiebre separatista", y son abundantes los ejemplos que la ilustran. Uno de ellos es la revuelta que encabezaron las élites de la región de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas al intentar oponerse a la promulgación y aplicación de las Siete Leyes, levantándose en armas en 1838;esa región se autoproclamó como República del Río grande en 1840. No obstante, ese mismo año, el ejército mexicano logró derrotar a las tropas separatistas.

Por su parte, la península de Yucatán también se separó de México en ese año y creó su propia república que existió hasta 1848, aunque el descontento regional continuó hasta las finales del siglo XIX y se manifestó en la Guerra de Castas. Otros casos similares se presentaron en 1835 cuando Estados Unidos pretendió aprovechar el descontento regional en contra de las políticas centralistas para ayudar a Sonora y Baja California a independizarse. Pero el casó más sorprendente fue el de Chiapas, que a veces se anexaba a México y otras a Guatemala, según los intereses de sus élites regionales.

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